El problema de la accesibilidad a la tierra cada vez afecta a más familias rurales y urbanas. El Foro de la Tierra en Misiones – integrada por colectivos sociales, Pastoral social de tierras trabajadores campesinos y urbanos, jóvenes urbanos y rurales entre otros- expresa desde hace varios años que lo que busca es "facilitar los mecanismos que permitan discutir una Reforma Agraria Integrada".
En la colonia: Plan de Arraigo y Colonización
A más de dos años de haberse aprobado la Ley 4093, Plan de Arraigo y Colonización - que reconoce derechos de los ocupantes sobre tierras y expropia tierras privadas en diversos asentamientos misioneros- los campesinos a los que alcanza, continúan "militando" su efectiva aplicación y extensión e inclusión a otras que cumplen con las condiciones establecidas por la norma.
Una problemática que en Misiones comenzó a "hacerse visible" a partir de los cortes de ruta que lograron su inclusión en las agendas públicas. Sin embargo, alrededor de mil quinientas familias ocupantes de tierras de la zona Noreste de la Provincia (no son las únicas), con la Ley bajo el brazo continúan "reclamando su efectiva aplicación".
El Presidente de la Comunidades Campesinas por el Trabajo Agrario (CCT) Wilmar Vaz y referentes de los Parajes de Mondorí, Portón Verde, Kilómetro 80, Kilómetro 90, El Progreso, entre otros, de la zona de Pozo Azul, se reunieron la semana pasada con los integrantes de la Comisión de Seguimiento de esta ley de la Cámara de Representantes y solicitaron a la Legislatura provincial incluyan estas tierras en la norma aprobada hace más de dos años. De este modo se estaría beneficiando a alrededor de 158
familias más.
Los referentes y delegados del asentamiento denominado Colonizadora -de los Lotes conocidos como Propiedades "Riceri S.A.", "Cencerros S.A."- que integran la CCT, mantuvieron una reunión con Legisladores provinciales que siguen la implementación de esta norma, y el Subsecretario de Tierras y Colonización del Ministerio del Agro y la Producción de la Provincia y les solicitaron ser alcanzados por la 4093.
Los dirigentes agrarios expresaron que la próxima reunión agendada con el Subsecretario (de Tierras y Colonización) tiene fecha para el 8 de mayo en la sede de la CCT aunque el tratamiento en profundidad del tema aún no la tiene. Sin embargo, es cierto que a partir del reclamo y posterior aprobación de esta Ley -y su efectiva aplicación- en Misiones se inició un lento proceso de visibilización de esta situación compleja.
Un problema que no solo se vincula al uso y tenencia de la tierra en la Argentina, sino al necesario apoyo y promoción especial de la agricultura familiar, el fomento de la colonización del país y el desarrollo del territorio, el reconocimiento de la tierra como bien social, la accesibilidad y permanencia de los jóvenes en la misma, temas de logística, infraestructura, facilitación de procesos de capacitación y tecnologías apropiadas para los productores y condiciones regionales especiales, extensión y por supuesto un permanente acceso a la educación formal e informal .
Con relación a la implementación que lleva adelante el Poder Ejecutivo Provincial
del Plan de Arraigo y Colonización, Vaz manifestó que dos años después de su aprobación y con los plazos extendidos "despacito está yendo. Los agrimensores están trabajando, ellos dicen que acelerados, pero para nosotros va lento",
En la ciudad: Ley 4223
La falta de políticas vinculadas al ordenamiento territorial participativo en la provincia no solamente expulsa y excluye en zonas rurales sino también en zonas urbanas. Por medio de la Ley 4223 Misiones se adhirió a la ley nacional 24.374. Con esta norma, las personas que ocupan tierras hace más de 16 años pueden acceder a su título de propiedad de una forma más rápida y económica, evitando los largos y costosos juicios de prescripción adquisitiva.
En zonas urbanas cada vez más resuenan las diferentes modalidades de reclamo de las familias asentadas en barrios por su derecho a habitar la ciudad (derecho a una vivienda cómoda y acorde al grupo familiar, a la red de agua potable, a las cloacas, a calles, escuela, salud,accesibilidad al trabajo, espacios de juegos para niños, servicios). Cortes de calles y avenidas transitadas, reuniones y colectivos organizados dan cuenta del mismo correlato en la ciudad y la chacra: pobres excluidos de la oportunidad de decidir dónde y cómo quiere vivir, que a través de distintas estrategias buscan incidir en los que deciden cómo y dónde van a vivir.
“Nuestra gente”
Para lograr “la titularidad del suelo donde viven” hace tres años, un grupo de vecinos decidió formar una Organización No Gubernamental (ONG) con esta denominación. Quieren comprar los terrenos donde tienen sus casas. Un 75% de la población del barrio vive “el día a día” con changas; el 70% son niños.
Maria es mamá, esposa y vecina de la chacra 190. Hace un poco más de diez años construyó en ese lugar, con su marido su hogar. En 1996 esta vida que estaba iniciando la familia casi se acaba, había recibido ella como tantos otros vecinos el pedido de desalojo. Desalojo por que el lugar donde habitaba "no era suyo", decía la Ley.
En esa ocasión por la intervención de un abogado pudieron seguir viviendo en las casas que el fruto del trabajo había logrado. No eran propietarios legales del terreno donde construyeron sus respectivas casas. Pero deseaban serlo.
Hace tres años que estos vecinos decidieron formar su propia ONG "Nuestra Gente" para poder trabajar con los estamentos que están vinculados con la problemática de la tierra, y de ese modo, poder regularizar su situación. "Lograr la titularidad del suelo donde vivimos, y comprar los terrenos, es nuestra ambición", aseguran
"Gratis no, pero si en cuotas", esas que los vecinos puedan saldar: sin exceso de intereses; es que un 75 por ciento vive de changas.
En la 190 donde aproximadamente conviven 300 personas, el 70% son niños, en edad escolar y bebés recién nacidos. Viven en un lugar que legalmente no les pertenece. Ni a ellos, ni a sus padres.
El no ser dueños legalmente de la tierra en donde construyeron su hogar y familia, "genera en los vecinos una gran inseguridad" que los acompaña todos los días. Por eso "unieron fuerzas" con instituciones intermedias, y con la chacra 187, para poder hacer algo que pueda impedir que se tengan que marchar. Esto provocó que se reunieran con la titular registral de aquellos terrenos.
Al principio no quería saber nada, pero con el tiempo quiso vender a los vecinos esos terrenos, pero como block. El problema es que "nosotros teníamos que costear el agrimensor, con dinero que no tenemos".
Lograron ser escuchados a nivel nacional a causa de que unieron fuerzas con la 187, barrio que también esta atravesando un problema de tierra. Estas chacras compartían varias cosas en común: la idea de vecindad y el mismo problema con respecto a la tierra. Pero la relación entre ambos comenzó en la parroquia. Se identificaron allí y se mantuvieran más firmes y unidos con su objetivo. Pero todavía no tienen respuestas. Y tampoco soluciones a su gran problema. Uno que afecta a adultos, adultos mayores y niños.
El no ser dueños legalmente de la tierra en donde construyeron su hogar y familia, “genera en los vecinos una gran inseguridad” que los acompaña todos los días.
“unieron fuerzas” con instituciones intermedias, y con la chacra 187, para poder hacer algo que pueda impedir que se tengan que marchar. Esto provocó que se reunieran con la titular registral de aquellos terrenos.
El sueño de la casa propia
El barrio Rocamora, chacra 61, ubicado entre las Avenidas Alte. Brown y Santa Catalina, es un asentamiento donde viven alrededor de 49 familias, entre los cuales hay 63 niños menores de 15 años. Llevan casi 10 años luchando para regularizar su situación.
Para llegar a la casa de Doña Lucía Borgedurge – portavoz de la lucha- hay que ir por un pasillito que atraviesa parte del barrio Rocamora. Con cada paso se pueden ver las pequeñas casas de madera, castigadas por la lluvia, la tierra y los años; aquellas que albergan niños y jóvenes que se sientan en los patios a tomar tereré, como una forma de hacer frente al calor de las tardes misioneras. En 1998 ella y su vecino Don Acosta comenzaron con los trámites para conseguir que su casa sea realmente suya.
Después de su muerte Lucía tuvo que seguir adelante sola. Con la llegada de SAMSA (Servicio de Aguas de Misiones S.A.) les cortaron el agua y se hizo cargo de la reconexión con el dinero que alguna vez juntaron vendiendo locro, empanadas o pollo con su amigo Acosta. Hay un medidor para cada uno de los dos lotes del barrio. Todos los meses Lucía retira la boleta y se encarga de recolectar el dinero entre sus vecinos.
Pero su lucha por la tierra siempre siguió en pie. Lucía preparó un proyecto donde los lotes están mensurados por un agrimensor. Realizó reuniones informativas para todos los vecinos con la asesoría de abogados, les explicó la situación. Éstos debería presentar cada uno sus respectivas carpetas con todos los requisitos, alguna prueba de que hacía más de 20 años que llevan ahí viviendo. Lucía se hizo cargo de los expedientes de sus vecinos: "22 familias me dieron una autorización, con esa hoja yo me muevo, me voy a Catastro, recorro con las carpetas con los expedientes. El resto de las personas no lo quisieron hacer, dejaron todo ahí…", lo dice acongojada, pensando que hace 24 años lleva viviendo en esa tierra que dicen es "de nadie"pero que ella sabe, no es así.
Durante las noches Lucía trabaja como enfermera, durante el día se pasea de un lado a otro: "…me fui a Defensoría del Pueblo, estuve en el IPS miles de veces, fui a la Municipalidad, allí en Catastro miré los planos… hay muchas contradicciones en ese lugar". Mientras ella cuenta esto, se oyen risas de niños que corren por los pasillos, el paisaje grotesco que crean las casas en mal estado y las letrinas a sus costados.
Siempre le dan la misma respuesta, cada vez que llama a la directora de
Asuntos de Tierra, para ver "dónde están las carpetas y qué pasa", le dicen que llame en 20 días. Y 20 días después la respuesta es la misma. Todos los vecinos tienen una larga historia en ese barrio, Lucía tiene vecinos que hace más de 40 años llevan viviendo ahí, la mayoría de los que están son hijos o nietos de aquellos que alguna vez hicieron sus casas en la chacra 61.
La única respuesta que le dan es que pronto van a ir al barrio a ver los terrenos, fijarse, medirlos, para comenzar los trámites para la regularización de la propiedad de las tierras. Pero Lucía, con cierta impaciencia cuenta "la otra vez dijeron que la provincia no tiene fondos para mandar un móvil, porque tiene que venir Escribanía de Gobierno, de Catastro y de Asuntos de Tierra, me dijeron que tengo que esperar nomás, que eso va a salir, que me quede tranquila, que cada 20 días trate de llamar".
De todas maneras no hay quien le quite las esperanzas de que todo terminará bien. Se aferra al sueño de que sus hijos crezcan seguros, que alguien pueda escuchar sus reclamos y ser también en los papeles, dueña de su propia casa.
Se aferra al sueño de que sus hijos crezcan seguros, que alguien pueda escuchar sus reclamos y ser también en los papeles, dueña de su propia casa.
sábado, 5 de mayo de 2007
Cuando tenga la tierra…
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